La terapia sensorial a través de la energía que desencadena la estimulación e integración de los sentidos, favorece la construcción del conocimiento, activa los mecanismos cerebrales que procesan la información y producen el aprendizaje, previene dificultades añadidas en el caso con niños con discapacidad, alteraciones evolutivas, emocionales y problemas conductuales. Es el inicio del conocimiento de todo cuanto nos rodea y le permite al niño relacionarse con su mundo de forma saludable y organizada.